A muchos de nosotrxs, no se nos dijeron palabras amorosas o no se nos hizo sentir amadxs o apreciadxs por ser quienes somos, cuando éramos niñxs, al contrario, se nos impusieron parámetros y reglas, las que nos hicieron creer que para ser amadxs debíamos portarnos bien y hacer caso a lo que nos decían, aun cuando no nos sintiéramos a gusto.

Esto creó en nuestra vida muchas carencias emocionales, las cuales, sin ser conscientes, vamos tratando de llenar con cosas externas, como lo es el aferrarnos a algo o alguien, tener una vida de excesos, placer desmedido, vivir de apariencias, etc. Muchas situaciones que nos permiten sentirnos por breves momentos bien, pero luego de pasar el efecto, volvemos al mismo punto en el que nos sentimos solxs, desprotegidxs y sobre todo, carentes de afecto.